Al igual que un coche, una casa necesita una revisión periódica, sobre todo al comienzo del invierno, ya que las inclemencias del tiempo ponen a prueba la robustez y el aislamiento del hogar. Echemos un vistazo a lo que debes hacer antes de meterte debajo de la manta.
✓ Preparar el sistema de calefacción
Como es lógico, cuando más necesitas tu caldera es cuando más te falla. Y no querrás estar sin agua caliente o calefacción durante varios días cuando haga frío. Así que contrata a un tasker para comprobar el sistema de calefacción y estar totalmente preparado. Deberían echar un vistazo a la caldera y al sistema de presión; también a la eficiencia de los radiadores, purgándolos y eliminando aire o lodo atrapado. Los radiadores no solo funcionarán mejor y más rápido, sino que tu factura energética te lo agradecerá.
✓ Preparar las tuberías de agua
La congelación del agua en una tubería situada en el exterior o en un espacio sin calefacción (ático, garaje, sótano) es la pesadilla de todo fontanero. Aislarlas antes de que lleguen las temperaturas más bajas es imprescindible para evitar recibir una factura elevada por daños causados por el agua o si no quieres tener que echar agua caliente por las tuberías (en un intento desesperado por resolver el problema tú mismo). Busca tuberías y grifos expuestos, y aíslalos con fundas, espuma especial o cinta adhesiva. Como alternativa, puedes usar cables térmicos y fijarlos a lo largo de las tuberías.
Consejo de Taskrabbit:
-> Pon en marcha los electrodomésticos que utilizan agua caliente —como el lavavajillas y la lavadora— por la noche para mantenerlos calientes durante las horas más frías. -> Cierra las válvulas de los grifos exteriores y drena el agua restante.
✓ Comprobar el aislamiento
Con la subida desorbitada de los precios de la energía y el calentamiento del planeta, el aislamiento nunca había sido tan importante. Utiliza una cámara termográfica (como en Depredador, sí), o busca corrientes de aire por la casa en un día de viento para localizar lugares con falta de aislamiento y descubrir por qué el dormitorio es mucho más cálido que el baño, por ejemplo. Por lo general, cuanto más antigua sea la casa, más sitios podrían necesitar un poco de espuma o sellador de silicona.
✓ Sellar puertas y ventanas
Las casas antiguas especialmente tienen huecos en la planta baja a lo largo de la pared y las puertas. Lo mismo ocurre con las ventanas, y todo eso te hará perder un calor muy necesario. Para solucionarlo, hay que averiguar por dónde pasa el aire y rellenarlo con tiras de protección contra las corrientes de aire, las cuales puedes conseguir en cualquier ferretería.
Consejo de Taskrabbit
-> Para las ventanas que sabes que no vas a abrir durante la temporada de invierno, puedes instalar láminas aislantes para reducir las corrientes.
✓ Revisar la chimenea y el conducto de humos
La chimenea ofrece una forma muy agradable de calentarse durante el invierno. También puede ser la razón por la que tienes tanto frío dentro cuando no la usas. Por eso es vital inspeccionar que la compuerta de la chimenea se abre y sella correctamente. También deberías comprobar que no haya ningún nido de pájaros o ramas en la chimenea antes de empezar a quemar los primeros troncos.
✓ Revisar el tejado
Desde principios de primavera hasta finales de verano, el tejado pasa por muchas inclemencias, como la lluvia intensa, los fuertes vientos y la acumulación de hojas y otros residuos… Todo ello puede causar daños y, en última instancia, perjudicar el aislamiento del hogar en el mejor de los casos o provocar una fuga masiva en el peor. Inspeccionar el tejado es mucho más complicado, y a menudo más costoso, en invierno. Así que adelántate y asegúrate de revisar ya tanto el tejado como los canalones. Si esta lista te da escalofríos incluso antes de que bajen las temperaturas, consigue ayuda ya para preparar tu hogar para el invierno.